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Incluir pausas activas y tiempos para desconectar durante la jornada favorece la salud física y mental. Estos descansos ayudan a recuperar la concentración y a reducir la fatiga asociada a las tareas prolongadas frente a una pantalla.
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Por último, gestionar las distracciones propias del hogar es un desafío. Señalar claramente los momentos de trabajo, limitar el acceso a redes sociales y organizar las tareas según el nivel de concentración requerido puede contribuir a un mejor rendimiento.
Con paciencia y organización, es posible adaptar el trabajo en casa para que resulte eficiente y satisfactorio, manteniendo un equilibrio saludable entre los distintos aspectos de la vida cotidiana.