El cuidado con los correos electrónicos y mensajes es clave para evitar fraudes. No se deben abrir enlaces o archivos adjuntos procedentes de fuentes desconocidas o poco confiables, ya que pueden contener software malicioso. En caso de duda, es mejor comprobar directamente con el remitente o eliminar el mensaje. Este tipo de precaución es sencilla pero muy efectiva.
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En cuanto a la navegación, emplear conexiones seguras es aconsejable. Redes Wi-Fi públicas o sin protección aumentan el riesgo de intercepciones. Utilizar una red privada virtual (VPN) o asegurarse de que las páginas web usan protocolo HTTPS son pasos recomendables para proteger los datos durante la conexión.
Por último, revisar los permisos que las aplicaciones solicitan puede evitar accesos innecesarios a información personal. Muchas veces, apps piden acceso a la ubicación, contactos o cámara sin ser estrictamente necesario para su funcionamiento. Ajustar estos permisos según las preferencias de privacidad ayuda a mantener el control sobre los datos que compartimos.